sábado, 14 de marzo de 2020

Política Exterior de Argentina y América Latina Frente a las Situaciones de Conflicto Social en la Región y el Mundo

Luis DALLANEGRA PEDRAZA
Parte II
La élite dirigente e incluso pensante de América Latina, no parece percibir el grado de interconexión e interdependencia globalizada que existe en el sistema mundial. Operan como si América Latina fuera un conjunto de islas con independencia de hechos y situaciones que ocurren en otros países de la misma región y del mundo.
Temas Conexos
El caso venezolano no es el único. En América Latina ha habido históricamente y también en la actualidad, situaciones de disconformismo social e inestabilidad política, de la misma manera que se observa esta tendencia en el mundo. Esto ya no se puede ver como un hecho coyuntural sino como un cambio estructural del sistema global.
Se han dado cambios en el Estado-Nación, que desde fines de la segunda guerra mundial ha sufrido un proceso de desarticulación y transnacionalización, al punto que ha dejado de ser el actor exclusivo y excluyente del sistema, que ya no se puede seguir denominando “internacional” al haberse hiper-transnacionalizado. El Estado ya no es manejado por la Nación, sino por grupos corporativos transnacionalizados de todo orden que han ido, progresivamente, tomando las riendas (74). La Nación se ha sectorizado atendiendo a grupos con diferentes problemáticas, aspiraciones y necesidades, como la mujer en su condición de género, los problemas generales de derechos humanos, los grupos LGTBI, discapacitados, etc., y estos sectores se han ido transnacionalizando. Los únicos que no lo han hecho y operan localmente son los sindicatos, más allá de intentos históricos de “internacionalización sindical”, que han sido más ideológicos que operativos. La Nación se ha agotado como factor de identidad y conciencia colectiva, provocando que el Pacto Social originario, se desarticule, fundamentalmente por la actuación de las personas, que en sus diversas problemáticas o aspiraciones no satisfechas en el marco de la Nación, operan de forma transversal y transnacionalmente, organizándose “corporativamente” en vez de hacerlo como nacionales.
Caso Chile
En octubre del 2019, se inició una movilización en Chile, detonada por el alza en la tarifa del sistema público de transporte de Santiago, pero cuyas raíces son mucho más profundas y tienen que ver con los altos índices de inequidad y de diferencias socio-económico-políticas en el país, generándose la crisis política y social más grande de los últimos treinta años.
Ya habían mostrado su disconformismo por la falta de cumplimiento de las promesas de la ex-Presidenta Michele Bachelet, al punto de que votaron por Sebastián Piñera -o en contra de Bachelet-, volviéndose a reiterar la desconfianza y la crisis por la falta de perspectiva y de visión mínima sobre cómo conducir un país en lo social, no sólo en lo macro-económico, por parte de un Piñera que va por su segundo mandato gubernamental.
Los manifestantes se expresaron contra Piñera exigiendo una nueva Constitución y la ruptura del nivel de inequidad, y pidieron que se fuera.
El Presidente, obnubilado o carente de toda visión y conocimiento político, expresó que Chile se encontraba en “guerra”, lo que contribuyó a tensionar aún más el ambiente en vez de generar “orden público” como él manifestó. De esta manera, se observan dos actitudes: mientras a) la mayoría de la gente protesta por los niveles de inequidad y la falta de vínculo y comprensión de sus necesidades y aspiraciones por parte del Poder Ejecutivo y el Parlamento; b) el gobierno está pensando en cómo frenar las movilizaciones y reprimir de manera eficiente y contundente, en vez de encontrar soluciones estructurales al grave problema que se presenta.
En la medida en que avanzó la manifestación, se exageró la respuesta de la policía y se generó un círculo vicioso: los manifestantes, sintiéndose agredidos, continúan y la policía reacciona con más violencia. Los Carabineros, sin hacer diferenciaciones, se enfrentaron duramente no solo con quienes protagonizaron actos vandálicos -que se montaron en la situación en beneficio propio-, sino también con quienes acudieron a las protestas de forma pacífica. Una estudiante que participó de las manifestaciones dijo: “La represión ha sido tan violenta que dan ganas de devolver la mano, dan más ganas de pelear. La violación a los derechos humanos es gasolina para el enojo”. Un factor que ha incidido en la incapacidad de controlar la violencia, es que las diferentes instituciones de seguridad han perdido el respeto de la población, viéndose mermada su reputación desde hace algunos años, cuando salieron a la luz algunos casos de corrupción (75).
El Presidente Sebastián Piñera llegó, en la escala de popularidad, a un mínimo histórico de un doce porciento de aprobación, siendo fuertemente cuestionado por su manejo ante la crisis. El Parlamento, por su parte, tampoco cuenta con gran respaldo e intenta sellar acuerdos contra reloj para controlar la “seguridad ciudadana” y no la resolución de los temas que son eje de demanda. Recién el 27 de noviembre del 2019, Senadores oficialistas y de oposición lograron acordar una declaración en conjunto en la cual no solo se reconocía que la crisis de violencia está “amenazando la democracia”, sino que también respaldaron al Presidente para que restablezca el “orden público” recordando que “dispone de todas las herramientas constitucionales” para ello. Se tramitaron dos proyectos de ley, orientados a hacer frente a los “actos vandálicos”, sancionándose a los “encapuchados” y buscando que las Fuerzas Armadas colaboren con la “protección de infraestructura crítica”. Por su lado, la mayoría de la opinión pública expresó que el objetivo del gobierno no era resolver los problemas que generan la crisis, sino sólo reprimir las protestas.
Un crudo informe emitido por la organización internacional Human Right Watch (HRW), sugirió la necesidad de impulsar una reforma al cuerpo de policía “urgente”, debido a las graves violaciones a los derechos humanos que han tenido lugar desde el comienzo de las manifestaciones, el 18 de octubre del 2019.
Según el Instituto de Derechos Humanos, más de dos mil ochocientos ciudadanos han resultado heridos (doscientos veinte de ellos con serios daños oculares). De las veintitrés muertes registradas, la fiscalía investiga cinco que pueden haber estado relacionadas con la actuación de las fuerzas policiales.
El gobierno ha manifestado que, en su mayoría, se trata de grupos delincuentes. Otros opinan que son narcotraficantes, y otros, que forman parte de las “barras bravas” o anarquistas. Lo cierto es que se trata de jóvenes que, por una u otra razón, se sienten abandonados por el sistema, que han crecido en la violencia y que, de acuerdo a sus propias consignas y grafitis, consideran que lo que están haciendo es legítimo pues han sido “abusados” durante años.
El sociólogo Daniel Chernilo y otros expertos en Chile, opinan que existe una masa importante de jóvenes que no creen en la democracia ni en la convivencia pacífica, porque no ven en ellas nada de valor. “No ven que la democracia sea capaz de protegerlos o que tenga la capacidad de promoverlos... Ven las reglas de la convivencia pacífica como una hipocresía, y responden violencia con violencia” (76).
Reformulación Profunda del “Pacto Social”
El gobierno de Chile y la oposición llegaron a un acuerdo que marca la hoja de ruta para cambiar la Constitución del país, una de las principales demandas de los manifestantes.
El acuerdo establece la realización de un referendo en abril del 2020 que contemplará dos preguntas: 1) los ciudadanos tendrán que responder si quieren o no una nueva Constitución; 2) deberán pronunciarse sobre qué tipo de órgano debería redactarla: a) una “convención mixta constitucional”, compuesta en un cincuenta porciento por parlamentarios y otro cincuenta porciento por ciudadanos electos para la ocasión; o b) una “convención constituyente” en la que todos sus integrantes serán electos para este efecto. Si se alcanzara una nueva Constitución, esta debería ser ratificada por otro plebiscito mediante sufragio universal obligatorio.
La Constitución vigente data de 1980 y, aunque fue modificada varias veces, es criticada por ser herencia de la dictadura militar de Augusto Pinochet y por mantener un papel residual del Estado en la provisión de servicios básicos, que es uno de los principales motivos de las protestas (77).
Pese a la firma del acuerdo, en contra de las predicciones de muchos expertos, no se consiguió calmar el estado de malestar y reclamos.
Caso Bolivia
La situación en Bolivia, es resultante y derivada de la actitud -frecuente en la dirigencia latinoamericana- de Evo Morales de buscar eternizarse en el gobierno y el poder (78), con reelecciones permanentes, para las que la Constitución no lo autoriza -por eso en muchos casos hacen reformas constitucionales-, a la vez que el pueblo, en plebiscito, le había dicho, mayoritariamente, que no. Evo Morales quiere “castrocubanizar” (79) a Bolivia con una permanencia eterna, al igual que Hugo Chávez y -después de su muerte- Nicolás Maduro en Venezuela, Daniel Ortega en Nicaragua, en ambos casos, con gravísimos problemas humanitarios y presos políticos.
Evo Morales renunció el 11 de noviembre del 2019 a la presidencia de Bolivia. Pasó, en menos de tres semanas, de auto declararse ganador de las elecciones en primera vuelta, a denunciar un golpe de Estado y renunciar a la presidencia, indicando que “ha habido un golpe cívico, político y policial”.
La decisión se produjo horas después de que el Comandante de las Fuerzas Armadas, Gral. Williams Kaliman, sugiriera al mandatario que diera un paso al costado para desbloquear la crisis política. Para los militares no parecía suficiente que el Presidente llamara a nuevas elecciones tras las irregularidades detectadas por la OEA en la auditoría de los resultados.
La profunda crisis política que vive Bolivia tuvo su detonante en el escrutinio de las elecciones, el 20 de octubre del 2019. Esa noche, el Tribunal Supremo Electoral suspendió, por sorpresa, el conteo rápido con el ochenta y tres porciento escrutado y con una tendencia que apuntaba a que iba a haber segunda vuelta entre el mandatario boliviano y el candidato opositor, Carlos Mesa. Al día siguiente, ese conteo rápido, denominado “Transmisión Rápida de Resultados Preliminares”, se reactivó con un noventa y cinco porciento de avance y con Evo Morales ganando en primera vuelta por un estrecho margen. Las sospechas que habían suscitado los extraños movimientos del Tribunal Supremo Electoral, llevaron a la oposición a acusar de un “fraude descarado”. Las misiones de observación de la OEA y la Unión Europea pidieron que hubiera segunda vuelta. Evo Morales insistió en que él había ganado las elecciones y, en respuesta a las manifestaciones de la oposición, llamó a sus seguidores a “defender la democracia” en las calles y frenar un “golpe de Estado”.
Con el aval del propio Presidente, la OEA llevó a cabo una auditoría en la que determinó que era estadísticamente improbable que Evo Morales hubiese ganado por el margen de diez porciento que necesitaba para evitar una segunda ronda electoral. Indicó que hubo “irregularidades” en el recuento de votos y, además, encontró actas físicas con alteraciones y firmas falsificadas. En muchos casos no se respetó la cadena de custodia de las actas y hubo manipulación de datos (80).
Es cierto que Evo Morales hizo mucho por el país y la gente; pero es lo que se espera de un gobernante. La pregunta importante es si ¿ha ayudado al pueblo indígena a construir poder o, contrariamente generó dependencia clientelar? Gran parte de sus seguidores comentan que nunca estuvieron tan bien como con Evo Morales. De eso no caben dudas, ya que han sido, en el mejor de los casos, marginados y, en general, explotados por gobiernos a los que les ha interesado los negocios y las inversiones y no llevar adelante los intereses de la nación -o naciones- boliviana. Evo Morales, con su actitud, va en la misma dirección, de eternizarse en el poder, con pocos favores y muchos beneficios.
Un sondeo realizado el 23 de diciembre del 2019 indica que siete de cada diez bolivianos creen que Morales dejó el poder porque existió una revuelta popular que reclamó por lo que consideró un fraude electoral, y no un golpe de Estado (81). Para que se dé un “golpe”, quien/es lo opere/n debe/n ocupar el lugar del “golpeado” y en este caso no ha sido así. Evo Morales dimitió no habiendo uso de la fuerza por parte de los militares, que tampoco tomaron el poder. Se trata de minimizar el hecho del “fraude electoral” y la búsqueda de la “eternización” en el gobierno/poder por Evo Morales (82). Dejar el tema en manos de quienes desean resolver el tema técnico-jurídicamente, sin importar qué pasa con el pueblo que es el que -cree- que elige, es un gran engaño políticamente correcto.
La Presidenta interina Jeanine Añez (83), obtuvo un cuarenta y un porciento de aprobación a su gestión. Otra consulta elaborada por “Muestras y Mercados” el 23 de diciembre del 2019, indica que solo el veinticinco porciento de los consultados afirman que Morales fue víctima de un golpe de Estado. La encuesta señala además que el sesenta y dos porciento cree que hubo un fraude (84) en las fallidas elecciones del 20 de octubre del 2019 que le daban la victoria a Evo Morales sobre Carlos Mesa, en primera vuelta (85).
Evo Morales en Argentina
El ex-Presidente de Bolivia, Evo Morales, quien estaba en México tras su renuncia a la presidencia bajo la denominación de “asilado”, llegó el 12 de diciembre del 2019 a Argentina donde “se quedará como refugiado”, según informó el Ministro argentino de Relaciones Exteriores, Ing. Felipe Solá (86).
A lo largo de sus catorce años de mandato, Morales siempre destacó la buena relación que mantuvo con los ex-mandatarios Néstor Kirchner y Cristina Fernández, quien retornó a la Casa Rosada como Vicepresidenta. Cristina Fernández -al igual que su esposo Néstor Kirchner (87)- acompañó y apoyó la alianza política que fue bautizada por Hugo Chávez como “Socialismo del siglo XXI” junto al líder boliviano y otros ex-mandatarios, aunque su postura política sui generis es un “nacionalismo de izquierda” denominado “kirchnerismo”, al que le llama “modelo” y no tiene ningún viso de proyecto de país, sí de postura ideológico-doctrinaria.
El 12 de diciembre del 2019, el Canciller argentino reveló que la decisión del binomio Fernández-Fernández de prestar todo el apoyo posible al ex-Presidente boliviano, fue tomada casi inmediatamente después de la renuncia de éste, pese a que todavía no habían asumido el gobierno: “Si no nos ocupábamos de él rápidamente podía correr peligro su vida y, si corría peligro su vida, además de vida humana, iba a correr sangre en Bolivia, en nuestra opinión también” (88). En realidad, se trata más de una postura doctrinario-ideológica, que de un problema de relevancia tal que contemple la protección de los derechos humanos, denuncia de existencia de presos políticos, y peligro de la estabilidad de la democracia, provocada por la oposición a Evo Morales.
Evo Morales se fue de México por los costos políticos para AMLO. Durante sus tres semanas en México el asilado dio entrevistas y conferencias y tuiteó decenas de mensajes contra el gobierno interino de Bolivia, liderado por Jeanine Añez. Si la llegada de Morales a México fue con grandes honores, su salida fue todo lo contrario: el viaje no se anunció, solo se supo cuando se lo preguntaron a AMLO en la rueda de prensa matutina: “Se despidió de mí, Evo; no para siempre”. Morales fue nombrado huésped distinguido de la Ciudad de México por la Jefa de Gobierno. También se reunió con militantes cercanos al gobierno y, prácticamente a diario, fue homenajeado con manifestaciones de indígenas mexicanos. Diferentes encuestas que estudiaron la aprobación del asilo de Morales en México concluyeron que entre un cincuenta y cinco y sesenta y ocho porciento de la ciudadanía lo rechazaba. Las prioridades de la ciudadanía en México -un país azotado por la inseguridad y la violencia- son otras. Para el imaginario político del Presidente mexicano, acoger a Morales durante tres semanas sirvió para que México muestre que tiene autonomía e independencia de Estados Unidos y de Donald Trump, especialmente después de las críticas que recibió el gobierno por las concesiones en materia migratoria (89). No obstante, en los hechos, debe concentrarse en consolidar el T-MEC (antes TLCAN).
Salvo situaciones que ponen en peligro a los derechos humanos y la necesidad de intervención de organismos internacionales por pedido de las partes, para que controlen la situación electoral, se trata de un problema netamente boliviano, que deben resolver ellos internamente, sin necesidad de intervención de otros Estados de la región, a diferencia de los casos venezolano y nicaragüense, que tienen crisis humanitaria, presos políticos y no cumplen con los requisitos acordados en la Carta Democrática Interamericana del 11 de septiembre del 2001.
El Presidente Donald Trump ha manifestado que no tolera la presencia de Evo Morales en Argentina y considera que la política del gobierno de Alberto Fernández en relación con algunos países vecinos, atenta contra las negociaciones con el FMI, en el que tiene el voto mayoritario y es el único con derecho a veto.
La pregunta clave desde el punto de vista de la Política Exterior Argentina -pensando que la Política Exterior se maneja en función de intereses más que de ideales o principios (90)- es si otorgarle asilo a Evo Morales, sin causas específicas reales, salvo sus comentarios y acusaciones ¿favorece a la construcción de “poder blando” (91) por Argentina, o se trata meramente de una postura doctrinario-ideológica? ¿Hasta qué punto esto significa que Argentina tendrá mejor acceso al hierro del Mutun para llevar a cabo proyectos conjuntos de producción de hierro y acero, de la misma manera que con el litio y generar baterías -para autos, computadoras, teléfonos celulares, sistemas de energía por paneles solares, etc.- para exportación? ¿Será más barato el gas boliviano para Argentina que para otros países? Yendo aún más allá: ¿le dará a Argentina un sitio de liderazgo en la región, por su apoyo y defensa de gobiernos denominados progresistas? ¿Aumentará el interés y la confianza de inversores o acreedores -privados o públicos- en acercarse a un país que prioriza este tipo de políticas? Tal vez sea, en realidad, lo opuesto, en términos de “poder blando” para la Argentina, ya que tiende a aislarla, de manera sencilla y poco costosa, tanto para potencias con intereses en la región, al estilo de Estados Unidos y la Unión Europea, organismos multilaterales de pago al estilo del FMI o, para empresas e inversores/acreedores y bonistas.
Efectos de las Políticas de México, España y Argentina
En el mes de diciembre del 2019, el gobierno de la Presidenta interina Jeanine Añez expulsó a la Embajadora mexicana y a dos diplomáticos españoles, la Encargada de Negocios y el Cónsul. La decisión intensificó la controversia iniciada en noviembre, cuando México concedió asilo político al ex-Presidente Evo Morales, promovida por las actitudes de los gobiernos de México y España: el primero al albergar a nueve de los colaboradores del gobierno de Evo Morales, que recibieron refugio en la residencia de la Embajadora mexicana. Por esto, Bolivia acusó al Presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador de intervenir en los asuntos internos. Además, Añez acusó a diplomáticos de España de pretender ingresar “de forma subrepticia” y acompañados de personas encapuchadas a la residencia diplomática mexicana. En respuesta, el gobierno español ordenó la expulsión de tres diplomáticos bolivianos acreditados en Madrid.
El pueblo mexicano, lo vio como la búsqueda de un equilibrio en la política exterior por parte del Presidente, vinculándolo con la debilidad mostrada al firmar el acuerdo migratorio con el gobierno estadounidense de Donald Trump. Supuestamente se le da a conocer al pueblo que, en casos como la migración, puede haber una política coincidente con Estados Unidos, pero en otros, como el apoyo a las decisiones de la Presidenta interina en Bolivia por parte de Estados Unidos, el mensaje es que no habrá acompañamiento. Adicionalmente, se transmite a América Latina que, el mexicano, es un gobierno con bandera de no intervención que cuando trata de proteger los derechos humanos puede hacer una excepción. El hecho es que, el caso boliviano no es por problemas de derechos humanos, sino de fraude electoral y de entorpecimiento a la justicia por supuestos actos de corrupción cometidos por el ex-Presidente Evo Morales y algunos de sus colaboradores que recibieron protección en la residencia de la Embajada de México.
AMLO ha intervenido de alguna manera en los asuntos internos de Bolivia al permitir a Evo Morales hacer política desde México, además de consentir las acciones de la Embajada mexicana en Bolivia, de la misma manera que, a posteriori, el gobierno argentino de Alberto Fernández lo ha hecho al acoger a Evo Morales y permitirle hacer política desde el país (92).
En Defensa de Evo Morales
El 28 de febrero del 2020, se publicó un análisis hecho por el Laboratorio de Ciencias y Datos Electorales del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en el que se decía que el ex-Presidente boliviano Evo Morales ganó con “alta probabilidad” sin cometer fraude los comicios presidenciales, tras los cuales fue obligado a abandonar el poder por los militares. Los investigadores, estudiaron la tendencia del escrutinio antes y después de que se interrumpiera el conteo rápido al ochenta y cuatro porciento, punto en el que los opositores a Morales denunciaron el inicio del supuesto fraude, que acreditó después la OEA. Los investigadores aseguraron en su informe que “el análisis estadístico y las conclusiones de la OEA parecen profundamente defectuosos”.
La tesis central de los analistas del MIT establece que cuando el conteo se interrumpió, Morales encabezaba el escrutinio con unos ocho puntos sobre su principal opositor, Carlos Mesa, lo que hubiese obligado a celebrar una segunda vuelta según el sistema electoral boliviano. Al reanudarse el conteo, Morales alcanzó el margen suficiente de diez puntos para ser reelegido en primera vuelta, por lo que es “altamente probable que Morales superase el margen de diez puntos porcentuales”, dado que la tendencia alcista que impulsaba al entonces mandatario era anterior a la interrupción del conteo rápido; adicionalmente, “no parece haber una diferencia estadísticamente significativa en el margen antes y después de la interrupción del conteo preliminar”.
Los investigadores incorporaron a su análisis cerca de mil simulaciones con los resultados, previa interrupción, para pronosticar el escenario final y concluyeron que “Morales podía esperar al menos una ventaja de diez con cuarenta y nueve puntos respecto a su más inmediato competidor. Eso sugiere que el aumento en el margen de Morales después de la interrupción puede explicarse por completo con los votos ya sumados” (93).
En los hechos, se dio una presunta contradicción entre el informe de la OEA y el elaborado por el MIT, respecto de la situación en Bolivia. La idea del MIT sobre la tendencia positiva previa al fraude le hace presumir, según sus simulaciones, que al reanudarse el conteo, necesariamente debía dar por ganador a Evo Morales; mientras que, según el informe de la OEA, luego del conteo inicial, al reiniciarse el conteo, se dieron resultados positivos para Evo Morales, pero al llevarse a cabo la auditoría de la OEA con el visto bueno del gobierno boliviano, se encontraron actas falseadas que demuestran el fraude.
El Gobierno Argentino Adhiere al Informe del MIT
Al gobierno argentino le vino -ideológicamente- bien el informe del MIT, ya que está más orientado en la dirección de las coincidencias con aquellos gobiernos autodenominados progresistas, que en buscar resolver los problemas del país, construir poder, y tratar de insertar al país, razonable e inteligentemente, en el sistema mundial, de manera individual y/o regional.
El Presidente Alberto Fernández, aseguró que el informe del MIT sobre las elecciones en Bolivia mostró que se “violentó” el Estado de derecho con el accionar de las Fuerzas Armadas, la oposición y “la explícita complicidad de la OEA”, y descartó la denuncia de fraude electoral en las elecciones en Bolivia.
Para Fernández, el informe del MIT muestra la inconsistencia de la auditoría realizada por la OEA.
Fernández afirmó que “como siempre ratificamos nuestro compromiso con la democracia y el pleno respeto al Estado de Derecho y a los Derechos Humanos. Por eso reclamamos la pronta democratización de Bolivia, con la plena participación del pueblo boliviano y sin proscripciones de ningún tipo” (94). Con estas declaraciones, le dio un espaldarazo político a Evo Morales, quién se dedicó a hacer campaña electoral desde Argentina, y mostró, una vez más, cuál es su prioridad y orientación en materia de política exterior e internacional.
La OEA Rechaza el Informe del MIT
La Secretaría General de la OEA, insistió en que se cometió un fraude en las elecciones bolivianas. Los resultados de las votaciones “demuestran inequívocamente que hubo 'manipulación intencional' de las elecciones”.
A diferencia de lo indicado por el estudio del MIT, para la OEA, la manipulación electoral se produjo a través de cambios en las actas y la falsificación de las firmas de jurados de mesas que fueron detectados por la misión de observación del organismo, así como por la redirección del flujo de datos en el procesamiento de los resultados a dos servidores ocultos y no controlados por el personal del Tribunal Supremo Electoral. Esto es lo que posibilitó la manipulación de datos y la suplantación de actas.
El artículo del MIT “contiene múltiples falsedades, inexactitudes y omisiones. La pieza distorsiona deliberadamente el informe final de la auditoría de las elecciones en Bolivia, publicado por la Secretaría General de la OEA el 4 de diciembre del 2019. Los servidores ocultos, la falta de cadena de custodia, la falsificación de actas o inconsistencias inexplicables en el número de votos emitidos, sólo por nombrar algunos de los hallazgos, no deberían ser ignorados por ningún especialista en integridad electoral”.
Adicionalmente, la misión de observación de la Unión Europea apoyó la postura de la OEA y presentó evidencias de otras irregularidades y calificó el trabajo como defectuoso, no honesto y no científico (95).
El MIT se Despega del Informe
Paradójicamente, el MIT, mediante nota enviada a la Delegación de Bolivia en la OEA, negó que esa institución haya realizado el estudio que pone en duda el fraude electoral en Bolivia.
John Curiel y Jack Williams, autores del informe, son parte del Laboratorio de Ciencia y Datos Electorales del MIT, sin embargo, llevaron a cabo el proyecto como contratistas independientes del Centro de Investigaciones en Economía y Política (CEPR), dirigido por Mark Weisbrot, conocido como “asesor del chavismo” (96).
Caso Colombia
Juan Manuel Santos, junto con el líder de las FARC-EP Timochenco, firmaron el Acuerdo de Paz el 24 de agosto del 2016, que sufrió una serie de alternativas, como un plebiscito y modificaciones en el Congreso de la República (97). Este hecho fue inédito, en un país en el que históricamente, desde su independencia, todo conflicto se ha resuelto mediante la violencia (98). Más allá de las críticas que se puedan hacer al Acuerdo de Paz alcanzado, ya que se acerca más a una pacificación -restablecimiento del orden- que a la paz -orden con justicia-, Juan Manuel Santos había logrado sentar las bases de una estabilidad relativa y un Estado de derecho adecuados como para que los inversores internacionales sintieran confianza y la economía de Colombia comenzara a salir del estancamiento en que se encontraba por un estado de guerra permanente.
La pacificación alcanzada durante el Gobierno de Juan Manuel Santos, sentó bases, aunque no garantiza que los problemas estructurales de Colombia se resuelvan.
El recambio electoral, instaló a Ivan Duque en el 2018, apadrinado por Alvaro Uribe Vélez, quien no sólo fue Presidente de Colombia en el período anterior a Juan Manuel Santos, sino que fracasó en sus intentos de pacificación del país y, a la vez, quedó totalmente disconforme con el Acuerdo de Paz firmado por Santos-Timochenco. De esta forma, Duque asumió con la intención de generar modificaciones al Acuerdo de Paz, en vez de profundizarla, al punto que el ELN abandonó la mesa de negociaciones a principios del 2019 presionado por la falta de voluntad de Ivan Duque de ir en la dirección de acuerdos y procurar su rendición. Por añadidura, ciertos sectores de la FARC-EP volvieron a unirse para recrear la guerrilla por el disconformismo y las presiones del gobierno.
Se podría decir que, mientras que Juan Manuel Santos se orientó en la dirección de una Paz razonable, Uribe Vélez-Duque, se orientaron hacia lo que se podría calificar como la “anti-paz”.
Los problemas de las diferentes etnias, la inequidad social, el subdesarrollo, la ausencia del Estado -los diferentes gobiernos de turno-, la falta de proyecto de país, al punto que la violencia siempre es la que termina operando como árbitro de las diferentes situaciones de crisis, siguen siendo la constante, en un país en el que no sólo no hay voluntad de resolución de las problemáticas, sino tampoco previsión sobre qué dirección tomar.
Caso Nicaragua
Los problemas políticos, económicos, sociales en Nicaragua no terminaron con la XVII Reunión de Consulta. El país tuvo una serie de vaivenes ideológicos internos, generados por una posición intransigente y de poca visión de parte de Daniel Ortega, quien tenía en aquellos momentos mucho poder de convocatoria, y Violeta Chamorro -esposa del asesinado Pedro Joaquín Chamorro, en la etapa de Somoza-, cuya capacidad política era directamente proporcional a su portación de apellido y su fortaleza provenía, fundamentalmente, del gobierno estadounidense de Ronald Reagan, quien se había encargado de presionar sobre Daniel Ortega a través de la formación de la guerrilla “contra”, entrenada por la denominada “mano de obra desocupada” (99) argentina.
Los desatinos económicos de Violeta Chamorro que creía que porque tenía el apoyo del gobierno de Estados Unidos tenía todo resuelto, y su sucesor José Arnoldo Aleman, derivaron en el regreso de Daniel Ortega que se transformó en un dictador de izquierda populista, apoyado por, y aliado del chavismo, que lleva adelante políticas similares a las de Nicolás Maduro en Venezuela. La conflictividad en Nicaragua ha llegado a niveles que no se esperaban de un gobierno que, teóricamente, es revolucionario y progresista y, por lo tanto, busca resolver los problemas de la sociedad. Muchos sandinistas están totalmente disconformes y se han alejado totalmente de Daniel Ortega (100).
Otros Casos
No sólo se observa una falta de dirección y estado de malestar en América Latina, que no es la primera región, ya que previo a esto estuvo la “primavera árabe” entre el 2010-2013; también existe un estado de malestar y una manifiesta inestabilidad en diferentes partes del planeta que hace pensar que no se trata de situaciones de coyuntura o de un ciclo social adverso, sino de cambios estructurales que se van ahondando.
Caso Francia
En Francia, se dio una protesta contra la reforma del sistema de pensiones impulsada por el Presidente francés Emmanuel Macron.
El detonante del estallido social fue la reforma impulsada por el gobierno, que tiene como objetivo eliminar los cuarenta y dos sistemas de pensiones (regímenes especiales) vigentes y que otorgan privilegios a ciertas categorías profesionales. En su lugar, Macron propone un sistema único en el que todos los trabajadores obtengan beneficios similares a la hora de recibir una pensión.
Los sindicatos temen que el nuevo sistema postergue la edad de jubilación, actualmente de sesenta y dos años, y disminuya el nivel de las pensiones.
Francia invierte en el pago de jubilaciones un catorce porciento del PIB, uno de los más altos de Europa, solo superado por Grecia e Italia.
Vínculos con América Latina
En Latinoamérica -a diferencia de Francia- uno de los grandes desafíos es la informalidad laboral -trabajo en negro-, que genera una falta de protección social en amplios sectores de la población.
En aquellos países con sistemas de beneficio definido, que tienen pensiones más generosas y que se financian con transferencias intergeneracionales, el envejecimiento de la población provocará un problema de sostenibilidad fiscal. En aquellos que funcionan con cuentas individuales y que dependen del ahorro de cada persona, como es el caso de Chile, pueden darse problemas de sostenibilidad social.
En el trasfondo de la discusión sobre la sostenibilidad financiera, también está el debate en torno a cuál es el tamaño o el nivel de cobertura que deben tener las redes de protección social en una economía globalizada. Es aquí donde entran en juego las distintas visiones políticas: ¿aumentamos o disminuimos el rol del Estado en la salud, la educación, la vivienda, las pensiones?
El tema del financiamiento fiscal va mucho más allá de un debate económico, permea las divisiones en torno al tipo de sociedad que se quiere construir (101).
Caso Hong Kong: ¿La Lucha entre dos Sistemas?
Por Declaración Conjunta firmada entre China y el Reino Unido de Gran Bretaña el 19 de diciembre de 1984 en Pekín, China prometió que, bajo la política “un país, dos sistemas”, el sistema económico socialista de China no se aplicaría en Hong Kong, comprometiéndose a respetar el sistema legal existente en Hong Kong antes del traspaso de soberanía por un plazo de 50 años, hasta 2047. haciéndose cargo de la política exterior y la defensa del territorio. En abril de 1990 el Parlamento chino aprobó la nueva Constitución conocida como Ley Básica redactada por un comité convocado en Pekín al que asistieron representantes de la colonia británica que permitía que algunos escaños en el futuro Consejo Legislativo fueran elegidos antes de 1997. El 1º de julio de 1997 Hong Kong pasó a China como Región Administrativa Especial. Se creó una Oficina de Enlace del Gobierno Popular Central de China en la Región Administrativa Especial de Hong Kong (RAEHK).
El manejo de las leyes en vigor en Hong Kong, según el Artículo 160 de la Ley Básica de la RAEHK, son interpretadas y aplicadas por las autoridades de la RAEHK.
A partir del mes de junio del 2019 y durante meses, Hong Kong ha vivido una ola de manifestaciones, debido a los intentos del Partido Comunista Chino (PCCH) de establecer leyes de seguridad nacional que podrían imponerse a Hong Kong. El conflicto se detonó porque se había presentado una propuesta en el mes de abril del 2019, que permitiría que presuntos delincuentes fueran extraditados a China continental. Muchos vieron el proyecto de ley como una violación del principio “un país, dos sistemas” bajo el cual se supone que debe ser gobernado el territorio de Hong Kong. No solo los grupos de derechos humanos y los expertos legales expresaron alarma, también la comunidad empresarial, las corporaciones multinacionales con subsidiarias en Hong Kong, así como los gobiernos extranjeros con representaciones en la RAEHK, preocupados de que sus ciudadanos también pudieran verse afectados por esa ley (102).
Inmediatamente después de ser presentado, el proyecto de Ley generó críticas de los opositores, que argumentaron que socavaría las libertades legales de Hong Kong y que podría usarse para intimidar o silenciar a los críticos de Pekín. Poco después, la Jefa Ejecutiva de Hong Kong, Carrie Lam, retiró el proyecto de Ley de extradición, aunque las protestas y manifestaciones no se detuvieron. Los actos de desobediencia civil se han mantenido para exigir mayor democracia y una investigación por las denuncias sobre los presuntos excesos represivos de la policía y la vigencia de los derechos humanos (103).
Uno de los temas que más preocupación generó fue que, durante una conferencia de prensa, un alto funcionario del Comité de la Ley Básica (Constitución) de Hong Kong y Macao, anunció que China estaba buscando cómo “perfeccionar” el sistema para nombrar y reemplazar al líder de Hong Kong. Tras el traspaso de Hong Kong de Gran Bretaña a China, la ex-colonia es gobernada por un “Jefe Ejecutivo” que es elegido por un Comité integrado por partidarios de China continental. Una de las peticiones de los manifestantes es que Hong Kong pueda elegir a sus representantes de forma directa. Su preocupación es que Hong Kong pierda su propio sistema legal, los múltiples partidos políticos y la amplia carta de derechos que incluyen la libertad de expresión y reunión, además de un floreciente sistema capitalista de mercado que rige la economía y donde se puede acceder a redes sociales sin limitaciones (104).
Desde el punto de vista de los manifestantes, el hecho de que sus reclamos fueran desestimados, tanto por el gobierno chino, como por las autoridades de la RAEHK, como “motivados por causas externas”, explica el endurecimiento de las manifestaciones y de la lucha contra las medidas del PCCH.
El gobierno chino puede estar en lo cierto, cuando señala que muchos hongkoneses deploran a los militantes enmascarados que construyen barricadas, destrozan la propiedad pública y provocan incendios. Algunos de ellos son partidarios del dominio chino; otros simplemente son pragmáticos, creyendo que la violencia provocará que el gobierno central intervenga de manera más severa en los asuntos de Hong Kong. Pero las autoridades se vieron sorprendidas en noviembre del 2019 cuando, en una participación récord en las elecciones locales, el sector pro democrático arrasó, obteniendo casi el sesenta porciento del total de los votos (105).
¿Coyuntura dentro de un Ciclo del Sistema o Cambios Estructurales?
Estas situaciones de conflictividad social, no deberían verse como casos coyunturales, sino como una problemática de tipo estructural. Es la resultante de cambios substantivos que el sistema mundial está viviendo, particularmente, su actor históricamente central, el Estado-Nación, que desde hace décadas se está desarticulando y transformando, de forma tal que la Nación se ha visto agotada como factor de identidad, ya que la sociedad, en su búsqueda de satisfacer sus necesidades y aspiraciones, se ha sectorizado -mujer, derechos humanos, LGTBI, medio ambiente, corrupción, etc.- y transnacionalizado, y opera globalmente, ya no nacionalmente (106), debido a que las élites dirigentes se han visto erosionadas, porque la sociedad globalizada sigue un “modelo de desarrollo” que responde a una articulación de intereses corporativos y particulares que están muy lejos de expresar el “interés nacional”. El agotamiento de la Nación como identidad y conciencia de un futuro colectivo, hace que el poder del Pacto Social originario, se desarticule, fundamentalmente por la actuación de las personas, que en sus diversas problemáticas o aspiraciones no satisfechas en el marco de la Nación, operen de forma transversal y transnacionalmente, organizándose “corporativamente” en vez de hacerlo como nacionales. Aún cuando los reclamos pueden visualizarse como apoyo a alguna organización partidaria, están lejos de representar una modalidad de participación o de democracia (107).
Esta forma de acción y actuación en el reclamo social, no se limita a algunos países de América Latina, ni a la “izquierda” que lucha contra el “demonio” de la derecha. Es un fenómeno planetario, cuyos inicios se encuentran hacia fines de la primera mitad del Siglo XX y ha ido evolucionando y profundizándose, hasta llegar a este punto de inflexión, que lleva alrededor de una década y media, desde la “primavera árabe”, pasando por los “chalecos amarillos” en Francia, los manifestantes anti China en Hong Kong y las demandas sociales en Iran que ha provocado la caída de un Primer Ministro.
Los Estados-Nación, ya no responden a la configuración “westfaliana” y no cumplen con su función -al menos la originaria- y los gobiernos y partidos políticos están totalmente desfasados y carentes de una visión, imagen y noción acerca de qué y por qué está pasando todo este fenómeno y cómo funciona y hacia donde se dirigen el sistema mundial bajo estas nuevas características.
Crecen los liderazgos mesiánicos, que mantienen una visión, tanto mundial, como estatal de “los buenos y los malos”, que simplifica el funcionamiento y características del sistema de manera infantil y primitiva, planteando un relacionamiento al estilo de “estás conmigo, sos amigo, no estás conmigo, sos el enemigo”, en vez de procurar entender cómo opera el sistema y aprender a “operar eficientemente” en él, tratando de “construir poder”, en vez de esperar, ingenuamente, que el poder de los grandes, sean Estados, corporaciones u organismos internacionales -al estilo del FMI- que consideran o creen que “es el enemigo” (108), se debilite.
América Latina no se ocupa de lo que se tiene que ocupar, como la integración en términos de alianza estratégica, que le permitiría la construcción conjunta de poder y mejorar el status de inserción global, a la vez que los problemas de desarrollo regional. Está más ocupada de lo dogmático e ideológico o de los negocios que de los hechos reales. De estos, sólo se ocupa de forma coyuntural y clientelar.
Que se hayan generado situaciones de malestar y conflictividad social que atentan contra la estabilidad política-institucional, no es una sorpresa, sino que el malestar tardara tanto en manifestarse.
Latinoamérica es la región más desigual del mundo. Chile ha sido uno de los países que siempre se destacó en las estadísticas de la OCDE con uno de los mayores niveles de desigualdad. Brasil tanto con Fernando Henrique Cardoso como con Lula Da Silva (109) y Argentina con Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner, tuvieron reducciones significativas en la igualdad.
En América Latina, en general, hay grandes desigualdades en ingresos y oportunidades; un gran déficit democrático en muchos de los países, donde sólo existe el recurso al voto como manifestación, pero en los que la República es inexistente. En Chile, la gran demanda social es por un cambio radical de Constitución -pacto social-; en Ecuador, las instituciones se debilitaron, particularmente en la etapa de Correa; y en Bolivia, Evo Morales intentaba -fraudulentamente- ser elegido para un cuarto mandato, aun en contra de un plebiscito que indicaba que no lo hiciera; lo que muestra claramente la gran fragilidad democrático-republicana que hay en la región (110).
Que Hay de Común en las Protestas de Diferentes Partes del Mundo y de América Latina
Las principales características compartidas en este proceso globalizado, de carácter estructural más que coyuntural, que responde a cambios profundos, no sólo en las características y funcionamiento del sistema mundial, sino también en el Estado-Nación (111), tienen que ver con lo económico-social, distribución del ingreso, inestabilidad y obsolescencia de las instituciones, corrupción, inseguridad y una extendida percepción de marginación de las decisiones que toman los gobiernos, que siempre cambian la vida de los ciudadanos sin tener un referente al que recurrir en su defensa.
La profunda desconfianza y el descontento con numerosas políticas gubernamentales ha ayudado a mantener la movilización, a menudo también atizada por la respuesta represiva de las autoridades.
Uno de los elementos que tienen en común los conflictos sociales en el mundo y América Latina, es la violación a los derechos humanos provocada por la represión indiscriminada, por los gobiernos, según indican informes de la Comisión para los Derechos Humanos de la ONU.
Hay una actitud prejuiciosa sobre los derechos humanos, que confunde a las víctimas con victimarios, a la vez que -particularmente en los gobiernos populistas- se habla de “inclusión”, pero se excluye de manera ideológica a quienes no coinciden con determinados sectores de poder, calificándolos de “gorilas” u “oligarcas”.
En general, se destacan tres aspectos en común:
1) El grueso de ocupantes de la calle es gente joven y, por lo general, razonablemente informada, de clase media y con capacidad de destinar tiempo y energía a la protesta. Personas arrinconadas en la extrema pobreza difícilmente podrían ser el núcleo de esta ola contestataria sostenida, salvo que se trate de piquetes dirigidos y controlados por líderes con propósito de desestabilización del gobierno. Clase media, además, en la que las expectativas frustradas operan como motivante para la atracción de otras generaciones.
2) Se trata de reclamos cuya esencia no tiene una naturaleza calificable de “economicista”. Lo que hay en común, tiene más que ver con expectativas frustradas y con las brechas que separan a la gente de la institucionalidad pública, así como la distribución inequitativa del poder no solo de los ingresos. Hay elementos en común entre quienes reclaman ser oídos en Chile, con los “chalecos amarillos” en Francia, marginados por la institucionalidad, pasando por quienes llenan las plazas semanalmente en Argelia reclamando democracia o, en Hong Kong donde además de democracia, demandan un sistema de división de poderes con mayor libertad de la estructura electoral, la libertad de expresión sin represiones, el Estado de derecho y una economía de mercado -“un país, dos sistemas”-.
3) Las redes sociales le dan a las protestas no solo una velocidad e impacto espectaculares -dejando inertes a los sistemas de seguridad y previsión del Estado-, también favorecen una masividad sostenida sin que caudillos(as) sean imprescindibles. Ocurrió antes en Túnez o Egipto y hoy eso se ve en Chile, Hong Kong y otros lados. Es probable que en países como China o Cuba -entre algunos otros- las redes sociales no tengan el mismo efecto, toda vez que hay una gran injerencia de los gobiernos. No obstante, siempre existen formas tangenciales de intercomunicarse evadiendo los controles. Lo mismo puede ser que ocurra en Venezuela.
Los temas objeto de protesta, tienen que ver con economía, distribución del ingreso, una institucionalidad pública cuestionada, y, en general, una extendida percepción de marginación, no sólo en lo económico, sino y, fundamentalmente, en lo político respecto del futuro del país. Tienen que ver con las modalidades de ejercicio del poder (112). No pueden ser tratados como situaciones coyunturales o circunstanciales; y la vuelta a la calma, no es señal de su fin, sino de un compás de espera por llegar a respuestas concretas.
Las diferencias entre lo que ocurre en cada país, probablemente son tanto o más profundas que las semejanzas. Las razones por las que protestan en Chile son diametralmente opuestas a las de Bolivia. La perpetuación en el poder es lo que más daño le hace a América Latina. Las protestas antigubernamentales también se han estado sucediendo en Haití, donde una mezcla de acusaciones de corrupción y medidas impopulares están detrás de la exigencia de un cambio de gobierno, muy similar a las que desde hace varios años se han hecho oír en Venezuela y Nicaragua. En el caso de este último país, el gobierno vigente, desplazó a una dictadura impuesta y sostenida por Estados Unidos durante décadas y se terminó transformando en una nueva dictadura, esta vez de (pseudo)izquierda. Lo que sí tienen en común es que en América Latina se está viviendo todavía el shock externo tras el boom de las materias primas y luego su baja, que se tradujo en un pobre desempeño de la economía regional durante los últimos años y que continúa.
En el informe regional del FMI publicado en octubre del 2019: “Perspectivas económicas de las Américas: frustradas por la incertidumbre”, se observa que el crecimiento en América Latina y el Caribe se ha desacelerado del uno por ciento en 2018 al cero con dos por ciento en 2019, destacándose como factores, el lento crecimiento mundial, los precios moderados de las materias primas -principal recurso de ingresos de la región (particularmente en América del Sur, no así en México donde influyen, las exportaciones de autopartes, el turismo, las remesas y el narcotráfico)- y los flujos de capital volátiles -la inversión productiva en América Latina es casi inexistente y, además, muchos latinoamericanos desconfían de sus economías y su capital lo tienen afuera-. Pero el declive de la economía de la región empezó mucho antes, en 2014, cuando China dejó de comprar productos en las cantidades en las que lo hacía históricamente.
Desde el 2013 el crecimiento real de la economía latinoamericana ha promediado un cero con ocho porciento del PIB. Si se considera el crecimiento vegetativo de la población, eso se ha traducido -en la práctica- en una reducción del PIB per capita. El resultado es que la pobreza ha crecido y muchos latinoamericanos que habían visto mejorar su situación económica en los años del boom de los precios de las materias primas, ven cada vez más amenazadas sus perspectivas. Según el último informe de la CEPAL, en el 2019 la pobreza aumentó del treinta con uno porciento al treinta con ocho porciento y la pobreza extrema del diez con siete porciento al once con cinco porciento, sumando setenta y dos millones de pobres extremos. Este aumento de la pobreza, aunque leve, ya dura cinco años, tema a tener en consideración a la hora de explicar una de las causas de las protestas.
En el centro está el débil crecimiento económico. América Latina, prácticamente, no ha estado creciendo, al punto que es la región que menos crece en el mundo y se encuentra, desde hace décadas, estancada en la producción y exportación de commodities. A eso se suman los problemas de desigualdad, la sensación de exclusión del sistema político y la falta de una auténtica representación, la percepción de que las democracias -habría que decir, en honor a la verdad: “sistemas electoreros”, en vez de democracias- de la última década no le han cumplido a grandes sectores de la población (113), factor en el que la corrupción cumple un rol central; y, principalmente, la ausencia de una comunidad intelectual -auténtica, no militante- que genere alternativas y direccionalidad, sumado a la mediocridad supina de la dirigencia política, que sólo aspira al ejercicio del poder, no importa hacia dónde va el mundo.
Los niveles de aprobación gubernamental durante los años del boom, contrastan notablemente con los de la actualidad, cayendo de un sesenta porciento en el 2009 a un treinta y dos porciento en el 2018, según datos de Latinobarómetro (114).
En el caso de las protestas en América Latina, resulta difícil establecer elementos que las intercomuniquen; no obstante ello, lo que sí tienen en común, es que en América Latina se está viviendo todavía el shock externo tras el boom de las materias primas. Es un factor estructural que une a las protestas, aunque para explicarlas, tampoco se pueden perder de vista los contextos locales.
Algo que se encuentra en todos los casos, tiene que ver con pobreza, desempleo, subempleo y hambre; pero también con corrupción, falta de representación, descontento con el sector político, y la ausencia de un proyecto de país -y de región- hacia dónde ir o que realizar.
Se pueden establecer muchas causas externas, como el endeudamiento, los informes sobre la falta de crecimiento de la economía debido a la baja de los precios de las materias primas y la falta o la disminución de su compra y los problemas en los ciclos económicos mundiales que inciden en los ciclos regionales (115); pero las causas internas tienen que ver con la ineptitud de los sectores políticos para establecer planes nacionales y proyectos de país de largo plazo, a lo que hay que agregar que lo que un gobierno hace, el siguiente deshace, y de manera crítica; los problemas de desigualdad, la sensación de exclusión del sistema político, la sensación de que las democracias del presente milenio no le han cumplido a grandes sectores de la población; la ausencia de los sectores académicos -universidades, centros científicos nacionales, institutos de investigaciones, etc.- respecto de la realización de diagnósticos realistas y proyectos que permitan direccionar a los países, con el agravante de que muchos (pseudo)académicos, privilegian la militancia por sobre la racionalidad; la constante fragmentación social, el debilitamiento nacional y la ceguera acerca de cuáles son las características y el funcionamiento del sistema y su proyección al futuro y cómo operar o aprender a “navegar” dentro de ese sistema.
Causas del Estancamiento Estructural Latinoamericano
El “boom de los commodities” desde principios de los 2000 hasta alrededor del 2013, hizo que aumentara la demanda de materias primas como alimentos, petróleo y otros minerales de la región. Cuando China estaba ávida de materias primas, Latinoamérica estuvo de fiesta; sus gobiernos se entusiasmaron irresponsablemente aumentando el gasto público y, como consecuencia, ahora está en medio de un panorama de estancamiento económico, desaceleración global, mayor pobreza, protestas y altos niveles de incertidumbre, cargando con altos impuestos al sector productivo y a las clases medias para resolver la situación de carencia de la creciente masa empobrecida.
La región ha tenido un bajo crecimiento económico desde que se terminó el “boom de los commodities”. A eso, se sumó en el 2019 la guerra comercial entre Estados Unidos y China y la desaceleración de la economía global. Tan duro fue el panorama en el 2019, que la CEPAL, el Banco Mundial, el FMI, prevén un crecimiento nulo en Latinoamérica, o muy cercano al cero porciento. A esto, habría que agregar la crisis económico-financiera generada por la pandemia del coronavirus.
El problema es que la política latinoamericana carece de proyectos y proyecciones, por lo que si no se ve en el horizonte la llegada de una nueva explosión en la demanda por materias primas, resulta complejo predecir si América Latina recuperará el crecimiento, ya que no existen bases propias, sino externas para ello. Si este tema se complica con la recesión global generada por la merma en los intercambios globales -mercaderías, turismo, etc.- generada por las medidas de los diferentes gobiernos para protegerse del coronavirus, la región queda en un alto índice de debilidad.
Debe considerarse que la región, no es la masa geográfica que se ve en los mapas, sino conglomerados de megalópolis, rodeados de espacios vacíos o poco poblados y marginados. Salvo el caso de Brasil, se trata de una región que vive de “espaldas al mar” y sus riquezas vivas y minerales. No sólo no hay integración regional, salvo en los discursos formales, sino que también los países están desintegrados y sus recursos y población marginal, desaprovechados o, aprovechados por subsidiarias de empresas multinacionales.
Hay ciertas políticas que podrían ayudar a la región a crear una ruta de crecimiento sostenible -salvando los problemas generados por la pandemia del coronavirus, que impide cumplir con cualquier proyección-. Cualquier política tendrá que tener en cuenta el contexto socioeconómico en el que se va a implementar y, para ello, la mano de obra calificada es esencial. Para que los escenarios sean positivos, se requiere: 1) Reformar las instituciones para crear un clima de estabilidad y credibilidad. 2) Diversificar la economía para evitar la dependencia de los productos básicos y, al mismo tiempo, poner valor agregado a esos bienes. 3) Invertir en capital humano, que en la práctica significa realizar una revolución educativa, particularmente porque el futuro va hacia el trabajo con robótica. 4) Una política fiscal prudente para tener reservas fiscales cuando llegan las recesiones, e inteligente para no asfixiar al sector productivo y a los emprendedores.
Se debería priorizar la inversión en infraestructura y el desarrollo de sectores como las finanzas y la tecnología, lo que implica invertir en ciencia y desarrollo. No hay estabilidad, ni seguridad jurídica en Latinoamérica, lo que impide que los inversores -locales o externos- quieran arriesgarse a traer sus capitales a la región, salvo en situaciones en que la especulación sea rentable. A este tema, habría que agregarle una lucha real y eficiente contra la corrupción; una endemia destructiva en la región.
Las sociedades se están cansando porque no han visto progreso económico o social en los últimos años. El riesgo es que, dado la cultura y la historia latinoamericana, frente a la presión popular, los gobiernos entreguen una respuesta populista de corto plazo. En la región hay una desigualdad severa, pero el malestar ciudadano va más allá de la desigualdad. Hay crisis de los partidos políticos y de la representatividad, agregado a que la “Nación” ya no es el referente social, sino las organizaciones de la sociedad civil cuyo accionar es “transnacional” (116). El agotamiento de la Nación como identidad y conciencia de un futuro colectivo (117), hace que las situaciones sean enfrentadas por personas inmersas en contratiempos particulares que se organizan ocasional o institucionalmente -OSC’s, ONG’s- apoyadas en las redes sociales (118) para construir poder sectorial y encontrar formas de resolución a sus problemáticas, demandas y aspiraciones.
Cambios o Desaparición
Más allá de los desafíos que enfrenta América Latina, habría que partir del concepto que tiene sistemas electorales, no democracia; que hay sucesión de cargos -en muchos casos reelección ilimitada- pero sin República; que lo que el gobierno anterior hizo, es deshecho por el actual de manera sucesiva, lo que habla de fragmentación y “grieta” política; que se vive de un constante cortoplacismo sin proyectos de país; etc.
La región está compuesta por países que han pasado al estado de fallidos o en descomposición. No resuelven los problemas ni las aspiraciones de sus pueblos, que va más allá de la pobreza y el hambre. Es dificilísimo ser emprendedor, llevar a cabo una empresa, ser comerciante, exportar o importar; etc. Es una de las regiones donde no sólo hay altos niveles de inequidad social; se trata de países que más carga impositiva tienen y que menos devuelven como resultado.
En su informe sobre el estado de la democracia en el mundo 2019, el estudio más completo existente, el Institute for Democracy and Electoral Assistance (IDEA) (119) analizó ciento cincuenta y ocho países, subdivididos en seis regiones: Africa, América Latina y el Caribe, América del Norte, Asia y el Pacífico, Europa y Oriente Medio. Elaboró noventa y siete indicadores para medir resultados en cinco áreas: a) gobierno representativo; b) derechos fundamentales; c) controles sobre los gobiernos; d) imparcialidad de la administración; y e) participación.
Una de las conclusiones es que el mundo es más democrático que históricamente. La proporción de países no democráticos se ha reducido a menos de la mitad desde 1975 -el sesenta y ocho por ciento de los países en 1975 frente a solo el veinte por ciento en 2018-. El desempeño democrático y la calidad de muchas de las democracias de la tercera ola -democracias fuertes y participativas- sigue siendo bajo; y la proporción de democracias débiles va en aumento.
Según el informe, en el 2018, la mitad de las democracias del mundo sufrieron una erosión con declives en al menos un sub-atributo de la democracia, y en el quince por ciento de ellas se registraron declives en tres sub-atributos o más.
Los aspectos de la democracia que han registrado los menores avances en las últimas cuatro décadas, son los relativos a la reducción de la corrupción, el avance en la igualdad de género, el aumento de igualdad entre los grupos sociales y el fortalecimiento de la independencia judicial -factor central de la República-.
Entre los factores políticos que alientan la movilización populista, se cuentan la crisis de representación de los partidos políticos tradicionales; el descenso del número de miembros participantes de los partidos; y el aumento de la conciencia política -no necesariamente partidista- y la movilización de la clase media desencantada por la percibida ineficacia de la democracia electorera. Otros factores son la transformación y la desintegración de la cultura política debido al creciente individualismo anti-social; la fragmentación y la polarización de la esfera pública, intensificadas por el surgimiento de las nuevas tecnologías y las redes sociales.
Los factores de riesgo para America Latina, según el estudio de IDEA, están vinculados a la inexistencia de la República principalmente: a) Pérdida de independencia del Poder Judicial; b) limitado acceso a la justicia y falta de respuesta por parte de ésta; c) restricciones a la libertad de expresión; d) baja representatividad de los gobiernos elegidos.
Los principales riesgos para la democracia en América Latina, muestran que la preferencia por la democracia desciende -de sesenta porciento a cuarenta y ocho porciento entre 2010 y 2018 (120)-.
La pobreza disminuyó entre 2002 y 2014 -de cuarenta y seis a veintiocho y medio porciento-, luego se estancó y en el 2020 remonta -veintinueve con ocho porciento- (121).
La movilización social está adquiriendo niveles sin precedentes, como resultante de una expresión ciudadana, en casos en que las personas no encuentran respuesta a sus problemas por la vía institucional, son postergados, excluidos y no perciben respaldo de los gobiernos. La forma de operar y afiliarse está cambiando substantivamente, orientándose, en un comienzo -fines de la segunda guerra mundial- hacia la generación de organizaciones de la sociedad civil (OSC, ONG) y luego a explosiones sociales sin conducción ni liderazgo, un individualismo de masas. Las técnicas policiales no funcionan, lo que estimula actitudes de rebelión y violencia. Este es un fenómeno mundial.
El Estado carece de capacidades suficientes para satisfacer las demandas sociales, especialmente bienes públicos, generando frustración. La brecha entre elite y ciudadanía, la pérdida de legitimidad y la desconfianza en las instituciones, favorece el desborde y la marginación de los partidos políticos.
Se está dando un protagonismo de nuevas generaciones nacidas en democracia, que aspiran a más oportunidades, mayor movilidad social y menos abusos. No vivieron ni tienen conciencia del líder haciendo favores o resolviendo problemas en forma clientelar.
La violencia interna persiste y puede crecer, como resultante de la desarticulación y ruptura del tejido social. La familia ha dejado de ser el área y motor de la ética individual y social, y la Nación ha desaparecido como generadora de identidad debido a la globalización y el creciente transnacionalismo.
La crisis de la democracia representativa, entonces, puede desembocar en una regresión democrática -regímenes híbridos-, o en una situación de anomia -vacío político y Estado fallido- con anarquía, u ocasionar la irrupción de gobiernos populista-autoritarios que fragmentan la sociedad, favoreciendo la migración y la violencia.
Tareas a Realizar para Acompañar las Transformaciones Estructurales Mundiales
Las transformaciones institucionales son la prioridad, y ellas deben materializarse en el marco del Estado de Derecho. Las reformas constitucionales no deben realizarse con objetivos espurios, como buscar repetidamente la reelección, o favorecer el control gubernamental debilitando la República y disfrazando la corrupción; sino actualizando el Pacto Social a las nuevas características de relacionamiento y gobernabilidad, fortaleciendo la equidad social.
Siendo una tendencia global, se debe fortalecer la sociedad civil. Las redes sociales y las nuevas tecnologías de comunicación permiten realizar consultas y entregar información. Son, además, un instrumento para la educación ciudadana.
Crear nuevos mecanismos como los consejos económico-sociales y ambientales, con participación de los principales actores de la sociedad civil. Algo necesario es que el Parlamento debe incluir a las organizaciones sociales y también otras organizaciones como las empresariales y financieras, de la misma manera en que, en algunos casos, ha otorgado porcentajes participativos a sindicatos de trabajadores y la mujer.
Se debe innovar en las formas de interacción entre partidos y movimientos sociales, de manera tal que estos, que de hecho operan y generan reglas, tengan un lugar institucional.
Uno de los temas-problema, es encontrar mecanismos eficientes de lucha contra la corrupción. El Estado necesita elevar su capacidad de fiscalización y supervisión independiente y establecer estándares de transparencia.
Incrementar la educación técnica, capacitación de los trabajadores, investigación, innovación y emprendimiento en las nuevas áreas que emergen, como en la primera mitad del siglo XX lo hizo con las artesanías y técnicas vigentes. En la sociedad del conocimiento no basta con la explotación de recursos naturales, se debe apuntar a la innovación, la investigación y la formación de capital humano avanzado. Los países necesitan lanzar grandes planes de alfabetización digital y también de protección social para ayudar en la transición hacia los nuevos empleos.
Las falencias surgen de fallas de quienes gobiernan, su débil capacidad de diseñar políticas e implementarlas, la insuficiencia de consultas y diálogo -la falta de consulta y presencia de instituciones académicas de todo tipo- y la corrupción siempre presente y no frenada.
Mejorar la legitimidad democrática necesita que se gobierne bien, sin improvisación. Los países latinoamericanos disponen de escasas escuelas de gobierno, mientras abundan las escuelas de negocios (122).
La (No)Política Exterior Argentina
La “no” Política Exterior, significa la falta de objetivos concretos en un mundo en el que el país está inserto de hecho, aunque carezca del conocimiento sobre cómo operar en él. La falta de conocimiento sobre las características y funcionamiento del sistema mundial y cómo “operar” de manera racional de forma tal de obtener el máximo de beneficios con el mínimo de costos. En general, en América Latina se confunde diplomacia con Política Exterior. También se confunde postura ideológica con política realista, toda vez que pareciera que el criticar abiertamente al poderoso, al imperialismo o el capitalismo, fortalece a quien critica y debilita al criticado. Las Políticas Exteriores de la mayoría de los países de la región, están más del lado de las reacciones frente a los impactos que provienen del sistema mundial, que en base a objetivos concretos para maximizar la capacidad de desempeño y la inserción.
Frente a todo este fenómeno de transformaciones estructurales en el orden mundial y regional, el recientemente instalado gobierno argentino de Fernández-Fernández, está centralmente interesado en lo ideológico y la protección de alianzas doctrinarias, que de poner en marcha la maquinaria para modificar estructuralmente la situación del país y su relacionamiento con la región y el mundo de una forma “realista” y pensando en el mediano-largo plazo, no sólo en lo que le toca de coyuntura -endeudamiento, negociaciones con bonistas privados, holdouts, FMI, etc.-. A esto hay que agregar las grandes, dinámicas y estructurales transformaciones que vive el mundo y el sistema político-económico-social global, con cambios, no sólo en sus características, sino también en el funcionamiento, por lo que implica nuevas reglas, aún no institucionalizadas como para ser percibidas racional e inteligentemente.
Notas
(74) Dallanegra Pedraza, Luis, Tendencias del Orden Mundial: Régimen Internacional, (Bs. As., Edic. Autor, 2001), ISBN: 987-43-2776-6, Cap. II y III.
(75) Paúl, Fernanda, “No vamos a parar”: la voz de 4 manifestantes en Chile (y qué tan factible es que se cumplan sus demandas), en BBC Mundo, 9 noviembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50347223. También, Paúl, Fernanda, Protestas en Chile: por qué el gobierno no ha logrado controlar la violencia y los saqueos en el país, en BBC Mundo, 29 noviembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50585408.
(76) Paúl, Fernanda, Protestas en Chile: por qué el gobierno no ha logrado controlar la violencia y los saqueos en el país, BBC Mundo, 29 noviembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50585408.
(77) Nueva Constitución en Chile: gobierno y oposición llegan a un histórico acuerdo para cambiar la carta magna, en BBC News Mundo, 15-11-2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50431073.
(78) Ver, por ejemplo, Hegarty, Stephanie, Putin busca la reelección en Rusia: ¿qué hace que algunos líderes quieran perpetuarse en el poder? (y qué dice la ciencia sobre ello), en BBC Mundo en Español, 11-3-2020, https://www.bbc.com/mundo/noticias-51828711.
(79) Fidel Castro no sólo se mantuvo en el poder durante alrededor de cincuenta años, sino que impidió que surgiera cualquier líder alterno, eliminándolo de la escena política inmediatamente. Es la típica característica del auto-endiosamiento, en la que son sólo ellos y nadie los puede reemplazar: “su único heredero es el pueblo”. Murió y Cuba se ha llenado de monumentos venerándolo, pero el país sigue en el mismo lugar que en 1959, más allá de que hizo una revolución, que quedó congelada inmediatamente y el justificativo, constante, ha sido el “bloqueo” estadounidense, pese a haber tenido el apoyo material -no sólo ideológico y militar- de la ex-URSS. Japón, siendo ocupado por fuerzas norteamericanas lideradas por el Gral. Douglas Mac Arthur en, alrededor de veinte años, pasó de la rendición incondicional -y dos bombas atómicas, una en Hiroshima y otra en Nagasaki- a ser la segunda potencia económica mundial, generando una revolución tecnológica a través de la microelectrónica y produciendo una cambio de paradigma global: Hoy no existirían las computadoras, los cajeros automáticos, internet, los celulares, los satélites, la robótica, etc., si no hubiera sido por este cambio de paradigma.
(80) Zamorano, Abraham y Miranda, Boris, Evo Morales renuncia a la presidencia de Bolivia: 5 claves que explican por qué tuvo que dimitir el mandatario indígena, en BBC News Mundo, 11 noviembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50369434.
(81) Ver, por ejemplo, Bolivia: ¿Golpe de Estado o rebelión ciudadana contra fraude electoral?, en La Jornada, México, 12-11-2019, https://www.lajornadanet.com/index.php/2019/11/12/bolivia-golpe-de-estado-o-rebelion-ciudadana-contra-fraude-electoral/#.XlU-4S2b4Wo. También, Bolivianos en México niegan un golpe de Estado contra Evo Morales, en Aristegui, 13-11-2019, https://aristeguinoticias.com/1311/mexico/bolivianos-en-mexico-niegan-un-golpe-de-estado-contra-evo-morales/.
(82) Ver, por ejemplo, Welp, Yanina, ¿Fraude electoral o golpe de Estado en Bolivia?, en Swissinfo,, 13-11-2019, https://www.swissinfo.ch/spa/democraciadirecta/análisis_-fraude-electoral-o-golpe-de-estado-en-bolivia-/45365346.
(83) Cuya función es la de convocar en el menor plazo posible a elecciones libres en Bolivia.
(84) Ver, por ejemplo, Laborde, Antonia, Luis Almagro: “En Bolivia hubo un golpe de Estado cuando Evo Morales cometió fraude electoral”, en Diario El País, España, 13-11-2019, https://elpais.com/internacional/2019/11/12/actualidad/1573597270_205659.html.
(85) Bolivia: sin ventajas en el inicio de la carrera presidencial, en BBC Mundo en Español, 24-12-2019, https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/bolivia-sin-ventajas-en-el-inicio-de-la-carrera-presidencial-nid2318439?utm_source=n_&utm_medium=nl_titulares_del_dia&utm_campaign=nota_titulo_2_el_mundo.
(86) Evo Morales llega a Argentina en calidad de refugiado, en BBC News Mundo, 12-12-2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50759697.
(87) Ver, por ejemplo, Fernández Díaz, Jorge, Kirchnerismo bolivariano del siglo XXI, en Diario La Nación, Buenos Aires, 29-5-2010, https://www.lanacion.com.ar/opinion/kirchnerismo-bolivariano-del-siglo-xxi-nid1269583.
(88) Miranda, Boris, Evo Morales en Argentina: las razones por las que el ex-Presidente de Bolivia optó por asilarse en ese país y abandonar México, en BBC News Mundo, 12 diciembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50764133.
(89) Asilo a Evo Morales en México: las consecuencias para AMLO del paso del expresidente boliviano, en BBC News Mundo, 14 diciembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50790682.
(90) Los únicos principios que pueden priorizarse, son los vinculados a los derechos humanos -en el caso de que estén en peligro- o los crímenes de guerra o de lesa humanidad. Dallanegra Pedraza, Luis, Realismo-Sistemico-Estructural: Política Exterior como “Construcción” de Poder, (Córdoba, Argentina, Edic. del Autor, 2009), ISBN: 978-987-05-6072-2, Capítulo II, El Realismo en Tucídides.
(91) Nye, Joseph S. Jr., Soft Power: The Means to Success in World Politics, (New York, Public Affairs, 2004), ISBN: 1-58648-225-4. Para un análisis sobre América Latina, Dallanegra Pedraza, Luis, Construcción “Inteligente” de Poder: Cómo Operar sobre las Asimetrías del Sistema Mundial, en Densidades, Nro. 23, junio del 2018, págs. 57-89.
(92) Nájar, Alberto, Por qué el conflicto de AMLO con Bolivia puede marcar los próximos años de la diplomacia mexicana, en BBC News Mundo, México, 31-12- 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50953460.
(93) Según un informe del MIT, Evo Morales ganó sin fraude las elecciones en Bolivia, en Diario El Tribuno, Salta, Argentina, 28-2-2020, https://www.eltribuno.com/salta/nota/2020-2-28-19-10-0-segun-un-informe-del-mit-evo-morales-gano-sin-fraude-las-elecciones-en-bolivia.
(94) Presidente de Argentina destaca informe del MIT sobre elecciones en Bolivia y critica papel de la OEA, en Diario La Razón Nacional, La Paz, Bolivia, 29-2-2020, https://m.la-razon.com/nacional/Presidente-Argentina-MIT-critica-OEA-bolivia-elecciones-fraude_0_3321867806.html.
(95) Bolivia: la OEA rechazó un informe publicado en Estados Unidos e insiste en que Evo Morales hizo fraude, en Diario Clarín, Buenos Aires, 29-2-2020, https://www.clarin.com/mundo/bolivia-oea-insiste-evo-morales-hizo-fraude_0_HMV9TgWu.html.
(96) El MIT se despega del informe que pone en duda el fraude electoral en Bolivia, en Diario La Nación, Buenos Aires, 5-3-2020, https://www.lanacion.com.ar/el-mundo/el-mit-se-despega-del-informe-pone-nid2340163.
(97) Dallanegra Pedraza, Luis, “Paz o Pax” en América Latina: Conflicto en Colombia, (Córdoba, Argentina, Edic. del Autor, 2017), ISBN: 978-987-33-2238-9, págs. 1093 y ss.
(98) Rosales Ariza, Gustavo E., Para no Olvidar… Forjadores de Violencia, (Bogotá, Universidad Militar Nueva Granada, 2007), ISBN: 978-958-97859-3-5.
(99) Ex militares que formaron parte de la dictadura militar desde 1976 hasta 1983.
(100) Hay una larga lista de artículos de diferentes medios que muestran la situación en el país. Lo último, Crisis en Nicaragua: el gobierno libera a 91 presos opositores, incluida “la banda de los aguadores”, BBC News Mundo, 31 diciembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-50950560.
(101) Ver, Barría, Cecilia, Huelga en Francia: qué hay detrás del mayor paro en el país en décadas (y qué tiene en común con las movilizaciones en América Latina), en BBC News Mundo, 6 diciembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-50678081.
(102) Sudworth, John, Protestas en Hong Kong: por qué la región especial se ha convertido en el mayor desafío en una generación para el Partido Comunista de China, en BBC News, Pekín, 17-12-2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50804339.
(103) Protestas en Hong Kong: retiran la controvertida ley de extradición a China que desencadenó la actual ola de protestas, en BBC News Mundo, 4 septiembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-49580340. También, Gobierno de Hong Kong da por “muerta” la polémica ley de extradición a China que provocó semanas de protestas, en BBC News Mundo, 9 julio 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-48919265.
(104) Protestas en Hong Kong: el velado mensaje de Pekín a su “región especial” desde el pleno del Partido Comunista, en BBC News Mundo, 1ro. noviembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50242270.
(105) Sudworth, John, Protestas en Hong Kong: por qué la región especial se ha convertido en el mayor desafío en una generación para el Partido Comunista de China, en BBC News, Pekín, 17-12-2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-50804339.
(106) Dallanegra Pedraza, Luis, Tendencias del Orden Mundial: Régimen Internacional, (Bs. As., Edic. Autor, 2001), ISBN: 987-43-2776-6, Cap. II y III.
(107) Este tema también lo trabaja y muestra en su dimensión, Gutierrez, Miguel, Angel, América Latina convulsionada, un bypass a la política, en Diario Los Andes Mendoza, Argentina, 25 de noviembre de 2019.
(108) Los organismos internacionales no son generadores de reglas -régimen-, sólo se ocupan de su “regulación”. Los verdaderos generadores de reglas, de forma asimétrica, son los miembros de los organismos, particularmente los que tienen un voto ponderado al estilo de FMI, BM o BID, o sistema de comisiones, como la OMC, etc. En general hacen una gran mezcla. Una cosa son los repartidores supremos de poder -generan reglas, régimen-, como los grandes Estados, ciertos actores transnacionales, etc., y otra son los reguladores de los repartos establecidos, tales como las organizaciones intergubernamentales. Este es un tema muy bien estudiado por Puig, Juan Carlos, Derecho de la Comunidad Internacional, (Bs. As., Depalma, 1974), Vol. I, Parte General. También, Dallanegra Pedraza, Luis, Realismo-Sistémico-Estructural: Política Exterior como “Construcción” de Poder, (Bs.As., Edic. Del Autor, 2009), ISBN: 978-987-05-6072-2, pág. 89.
(109) Ver, por ejemplo, Marreiro, Flavia, La desigualdad en Brasil siguió igual en los Gobiernos Lula y Rousseff, en Diario El País, España, 14-11-2015, https://elpais.com/internacional/2015/10/29/actualidad/1446146892_377075.html. Tambíén, Mizrahi, Darío, Las paradojas de la disminución de la desigualdad en América Latina durante los 2000, en Infobae, 11-2-2018, https://www.infobae.com/america/america-latina/2018/02/11/las-paradojas-de-la-disminucion-de-la-desigualdad-en-america-latina-durante-los-2000/.
(110) Lissardy, Gerardo, Entrevista con Joseph Stiglitz, Nobel de Economía: “La sorpresa fue que el malestar en América Latina tardara tanto en manifestarse”, en BBC News Mundo, Nueva York, 28-1-2020, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-51277086.
(111) Para analizar en profundidad estos dos aspectos, ver Dallanegra Pedraza, Luis, Reformulación del Orden Mundial: El Fin de una “Macro-Etapa”, (Buenos Aires, Edición del Autor, 2003), ISBN: 987-43-6266-9, y Dallanegra Pedraza, Luis, Tendencias del Orden Mundial: Régimen Internacional, (Buenos Aires, Edición del Autor, 2001), Capítulos II y III, donde además de los cambios, se analizan seis hipótesis de trabajo sobre el futuro del Estado.
(112) García Sayán, Diego ¿Qué hay de común en las protestas?, en Diario el País, España, 6-12-2019, https://elpais.com/elpais/2019/11/29/opinion/1575064337_508588.html?prod=REGCRART&o=cerrado&event=okregistro&event_log=oklogin.
(113) Ola de protestas en América Latina: ¿puede la amenaza de una nueva “década perdida” explicar lo que ocurre en las calles?, en BBC News Mundo, 29 noviembre 2019, https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-50563723.
(114) Informe 2018, http://www.latinobarometro.org/latdocs/INFORME_2018_LATINOBAROMETRO.pdf.
(115) Ver ¿Una nueva "década perdida" en América Latina? Qué tiene que ver la economía con la ola de protestas que sacude la región, en El Mostrador, 2-12-2019, https://www.elmostrador.cl/dia/2019/12/02/una-nueva-decada-perdida-en-america-latina-que-tiene-que-ver-la-economia-con-la-ola-de-protestas-que-sacude-la-region/.
(116) Barría, Cecilia, Cómo puede volver a crecer América Latina tras el fin del “boom de las materias primas”, en BBC News Mundo, 7-1-2020, https://www.bbc.com/mundo/noticias-50861760.
(117) Dallanegra Pedraza, Luis, Tendencias del Orden Mundial: Régimen Internacional, (Bs. As., Edic. Autor, 2001), ISBN: 987-43-2776-6, , Cap. II y III.
(118) Gutierrez, Miguel, Angel, América Latina convulsionada, un bypass a la política, en Diario Los Andes Mendoza, Argentina, 25 de noviembre de 2019.
(119) IDEA: https://www.idea.int/es/. Informe de IDEA Internacional: “El Estado de la Democracia en el Mundo y en las Américas”, 19 November 2019, ISBN: 978-91-7671-275-7, https://www.idea.int/publications/catalogue/summary-global-state-of-democracy-2019?lang=es.
(120) Datos Latinobarómetro, encuesta 2018.
(121) CEPAL, Panorama Social de America Latina, 2019.
(122) Vitar, Sergio, Democracia asediada: Los retos de América Latina para 2020, en Wall Street International, Economía y Política, 30-1-2020, https://wsimag.com/es/economia-y-politica/60635-democracia-asediada; con una reelaboración y agregados al informe.